Incienso de Jengibre
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La fragancia del jengibre es claramente fresca y especiada, llena de acortes complejos y con una nota de salida chispeante.
Es una nota inconfundiblemente ácida, usada en fragancias tanto para hombres como para mujeres, que evoca una especie de dualidad olfativa entre mordazmente ligera y alimonada, pero profundamente intensa y picante.
La fragancia especiada del jengibre ha flotado en nuestras cocinas desde la Antigüedad, y las regiones tropicales y subtropicales de Asia han disfrutado de esta especia deliciosamente sabrosa desde el comienzo de la historia.
El jengibre llegó a Europa en el siglo I, cuando los antiguos romanos lo descubrieron mientras comerciaban con India. Sin embargo, no tardó en caer en el olvido tras el colapso del Imperio Romano y fue redescubierto por su público europeo cuando Marco Polo lo volvió a traer de sus viajes por el este.
Durante la Edad Media, el jengibre fue apreciado por sus supuestas habilidades mágicas y cualidades afrodisíacas, y porque se creía que protegía de las plagas.
